Las fronteras han dejarlo de serlo allí donde el tránsito de un país a otro se efectúa sin ningún tipo de obstáculo. Ocurre en la Unión Europea, donde se tiene la sensación de que, en efecto, las fracturas creadas por la historia han sido superadas merced al decidido propósito de configurar, con mayor o menor fortuna, un territorio plenamente integrado. Es cierto que los límites permanecen estrictos desde fuera de ese ámbito pero quedan desvaidos cuando el viajero se desplaza sabiendo que lo hace a un espacio que no es el suyo pero que siente vecino y compartido.
30 de abril de 2012
Espacios transformados (7): la frontera ya no es lo que era
Las fronteras han dejarlo de serlo allí donde el tránsito de un país a otro se efectúa sin ningún tipo de obstáculo. Ocurre en la Unión Europea, donde se tiene la sensación de que, en efecto, las fracturas creadas por la historia han sido superadas merced al decidido propósito de configurar, con mayor o menor fortuna, un territorio plenamente integrado. Es cierto que los límites permanecen estrictos desde fuera de ese ámbito pero quedan desvaidos cuando el viajero se desplaza sabiendo que lo hace a un espacio que no es el suyo pero que siente vecino y compartido.
29 de abril de 2012
No hay estrellas que brillen sobre Palestina
23 de abril de 2012
Mensajes en la calle (34): Homenaje a las Bibliotecas públicas en el Día del Libro
18 de abril de 2012
"El atroz encanto de ser argentinos"
Lógica capitalista pura y dura, desarrollada en un marco de coexistencia no fácil entre la empresa, con una participación relevante, aunque minoritaria, de capital español, y el Estado argentino, pero que se ha mantenido, dentro del conocido juego del difícil equilibrio que siempre se produce entre una multinacional privada y el poder político, hasta que la presidenta Cristina Fernández ha decidido expropiar la fracción argentina de la compañía (de cuyas acciones Repsol posee el 57,4 %) sin los trámites a que obliga la legislación internacional, garantista para el Estado y para las empresas, de modo que las actuaciones llevadas a cabo por una u otra parte deben ajustarse a la jurisprudencia establecida que no excluye la nacionalización siempre que haya motivos justificados y se llegue a la liquidación mediante un justiprecio objetivo. Sin embargo, ha dejado intacto el paquete de acciones que, equivalente al 25,4 % del capital, posee el Grupo privado Petersen, perteneciente a la familia argentina Ezkenazi, amiga de los Kirchner, y que permanece en silencio ante la decisión adoptada.
8 de abril de 2012
Opiniones desaparecidas, ausentes debates
Apenas ha pasado poco más de un año y seguramente muchos ya lo han olvidado. Con cuánta pompa y circunstancia un grupo de personajes conspicuos de la economía y del think tank mediático español presentaron a los cuatro vientos un informe que iba a solucionar para siempre "los males de la patria", que diría el gran Lucas Mallada. A la sazón gobernaba, lánguido y abatido ya, el Sr. Rodriguez Zapatero, de quien nunca más se supo. Todo un mensaje el de esos caballeros en la línea de flotación del Gobierno de entonces, al que pretendían poner en evidencia, recurriendo incluso a la presentación de su propuesta al Jefe del Estado, a fin de que la resonancia de sus intenciones, la máxima y más contundente posible, no admitiese paliativos. No ha llovido mucho, la verdad, pero los vientos de la zozobra y la inquietud se han apoderado del país, mientras el debate se ha simplificado sobremanera hasta el extremo de empobrecer el panorama de forma increíble. Abrumados por el objetivo unidimensional que centra exclusivamente la atención en la palabra redundante y obsesiva - "déficit, déficit, déficit" - ha desaparecido como por ensalmo toda referencia, siquiera sea aproximativa, hacia el rumbo al que se orienta España en medio de este agobiante tremedal en el que nos desenvolvemos.
Cuando miramos al futuro, no sabemos qué decir, pues nadie habla ya de modelo de futuro, ni de lo que haya de ser España cuando, en tan solo año y medio, observemos, impávidos y desconsolados, los restos del naufragio a que nos conduce la demolición de lo queda de Estado del bienestar. Ni una palabra se dice sobre el escenario a perseguir, sobre qué hacer con nuestros recursos, con nuestros científicos, con esos profesionales que en el día a día se esfuerzan sin saber bien qué va a ser de ellos. Se recurre, para salir del paso e intentar transmitir una vaga sensación de confianza, a la frase hecha, al argumento repetitivo que, de manera mecánica y predeterminada, asocia el despegue al momento en el que – sacrificado todo lo sacrificable y con fuerte retracción del consumo en un contexto de deterioro abrumador de la capacidad adquisitiva como resultado de un desempleo masivo – se considere que un nuevo ciclo expansivo hará acto de presencia sin anticipar cuándo, ni cómo ni con qué dimensión. Como una especie de latiguillo memorizado se ha impuesto este discurso – “relato” lo llaman ahora algunos periodistas - entre los que defienden la estrategia seguida, por más que no acabe de aportar los efectos pretendidos ni se atisbe tampoco cuándo vaya a ocurrir
¿En qué quedó, señor Serra, aquel documento de tanta prosapia, aquellas ideas que iban a revolucionar España y a sacarla de la postración y del marasmo en qué estaba sumida? Silencio sepulcral por parte de los otrora campeones de la opinión cautivadora y necesaria. Se apagaron como la vela incapaz de sobreponerse al flujo del vendaval que todo lo arrasa. En medio de ese panorama de discurso único desde el poder, se echa de menos la voz y la palabra de los que creían tener el futuro en sus manos. En realidad, ¿era tan sólida como se pretendía?